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Daño genético en la frontera
de Ecuador |
Maldonado Adolfo:
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&task=view&id=208&Itemid=39
Científicos de la Pontificia Universidad Católica de Quito (PUCE) , Ecuador, condujeron una investigación para establecer la relación entre las fumigaciones aéreas del plan Colombia y el daño al material genético. Seleccionaron 47 mujeres (25 de Colombia y 22 de Ecuador) que había sido expuestas a las fumigaciones aéreas del plan Colombia con una mezcla del glifosate, POEA, Cosmoflux. Todas las mujeres presentaban además de los síntomas agudos de intoxicación, daños del material genético en las células de la sangre. En un grupo control de 25 mujeres que vivían más allá de 80 kilómetros del área fumigada, no se detectaron alteraciones.
La fumigación de cultivos ilícitos en Colombia se ha hecho desde 1986. El comenzar el año 2000, se aumento la concentración de glifosate al 43.9%, (los fórmulas comercialmente usadas tienen 41%), ademas se agregaron POEA y Cosmoflux. Se utilizan 23 litros por hectárea sobre cultivos de alimentos, abastecimiento de agua, hogares, escuelas, animales domésticos, ganados, selva y gente.
El daño genético fue determinado por el Análisis Cometa de Singh. Este método de evaluación diseñado en la universidad de Washington en Seattle, Washington, es un procedimiento altamente sensible para evaluar daño genético del ADN celular. Se presento a las mujeres expuestas un información completa para obtener su permiso para realizar las pruebas y se asigno un código de identificación.
Los dos grupos tenían edades semejantes con un promedio de 39,6 y 36.6 años de la edad, 64% de las mujeres afectadas tenían entre 32 y 40 años. Étnicamente eran mestizas que vivían en la frontera entre Ecuador y Putumayo, Colombia. El tiempo promedio de residencia en el área era 15.9 años para el grupo afectado y 16.7 años para el grupo control. 44 mujeres eran amas de casa, había también una maestra, una cocinera y no se había estudiantes. Ninguna fumaba ni tomaba alcohol.
Distancia a las fumigaciones:
Las mujeres colombianas mencionaron haber recibido el impacto de las fumigaciones directamente sobre sus casas y haberse protegido en ellas durante el momento de más intensidad, aunque algunas refirieron haber sido sorprendidas en el camino y sólo protegerse con lo que las hojas de plátano le evitaban caer encima. Las mujeres ecuatorianas fueron sorprendidas a 200 metros y entre los 1000 y 3000 metros. Pero ellas afirman que en vez de protegerse, salían a ver las avionetas fumigar y que notaron como les llegaba el líquido de la fumigación.
Se tomaron muestras de sangre entre 15 y 60 días después de la exposición. Ambos grupos habían tenido enfermedades similares. No había casos de diabetes, problemas del corazón, alergias ni hepatitis. En el grupo afectado había dos casos de cáncer confirmados por cirugía.
En el grupo de estudio había tenido un promedio 5.27 embarazos y 5.72 en las mujeres del grupo de control. Habían antecedentes de aborto en 1,6% del primer grupo y 1,5% en los controles. Se obtuvo historia de malformaciones congénitas en el 15.78% del primer grupo y del 16% del segundo.
Se encontraron antecedentes familiares del cáncer en el 52.63% del primer grupo, y el 35% de los controles.
Los pruebas de laboratorio fueron realizadas por el Dr Cesar Paz, Director del Departamento de Genética molecular y Citogenética Humana de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE).
Se concluyó que todas las mujeres en el grupo de estudio tenían manifestaciones de daño tóxico del ADN en el 36% de sus células. Esta cifra es 800% mas alta que el grupo de control del laboratorio de Quito y 500% más alto que el grupo de control que vive 80 kilómetros lejos de la frontera.
Un episodio de fumigación ocurrió nueve meses antes del estudio, por lo tanto es difícil de determinar cuando ocurrió el daño o si pudo haber causado por la acumulación de exposiciones anteriores.